Cualquiera conciente o Interludio primera parte.

Podía haber escrito hoy no me bañe, y alojar este acto en la etiqueta de higiene. Pero supere mi inútil rebeldía ya que pase por el agua luego de volver de correr. Circuito chico elegí luego de días que fueron meses sin sincronizar movimientos aeróbicos.
Tengo que terminar de pintar la pared que empecé el día que T me dijo que mejor en otro momento. Y justo ayer, el día de la tierra se me vino a la cabeza. Las mujeres, la mujer y mi mujer. Hoy, para olvidar la penas, E me dio a probar su mezcla de caña con ruda. N me había dicho que se debía de beber por la mañana y en ayunas. Guardo los mejores momentos este mediodía, atendiendo a los clientes con la garganta tibia, un poco entonado por pasarme de tragos. 
Tengo listos mis marcadores para diagramar el conograma de días que pego en la heladera y que completo con datos estadísticos del estilo de cuántos minutos corro, cuántos minutos medito, cuántos minutos duermo la siesta, cuántos minutos veo tv, cuántos minutos me lleva afeitarme, cuántos minutos soy feliz, cuántos minutos lloró, cuántos minutos me lleva ordenar la casa, cuántos minutos estoy frente al monitor, cuántos minutos extraño. Es la primera vez no comprendo como tolerar tanto extrañamiento. 
Los días en Melo se vuelven largos cuando no se hace cualquiera. 

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