el encierro. En principio, no tenía que ir a la oficina. Pero al mediodía, mienras empezaba a cocinar, recibí el ultimatum. Un mesaje de voz de O diciendo que me necesitaban en carne y hueso. J insistió en que podía hacerlo remoto. Que no vaya. Yo ya sabía que mi tarea no era tan importante. Pero también tenía en cuenta en el quilombo que están mis jefes. Porque la gastronomía se freno. Parece ser que es una de las actividades que podría mutar. Aunque no sé para dónde, estoy seguro que este encierro le dejará heridas profundas.
En lo que respecta el viaje a Flores. Estaba esperando ver un escenario apocaliptico. Con muchos polícias en la calle. Con controles de gendarmeria. Con algún helicoptero patrullando. Me imaginaba poca gente. Quería ver el desierto. Pero el escenario se me presento muy parecido a los días anteriores al encierro obligatorio. La densidad de autos la misma que un feriado. Y mucha gente haciendo cola para entrar en farmacias, supermercados y verdulerias. Entiendase que mucha gente no es el centro un día laboral. Igual no esperaba esto.
Ya en casa fue raro. J me esperaba cocinando. Yo llegue y me cambie. J me había dicho de bañarme pero me daba paja. Estuve un rato hablando con ella del día que tuvimos. Hasta que volvíó a decirme si me habia bañado. Yo le conteste que no, pero que ahi iba. Esa respuesta fue tarde. J se enojó con razón. Lo que iba a ser un almuerzo en pareja terminó siendo un como donde puedo. Después yo me tire a dormir. Estaba un poco deprimido por los días que se vienen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario