IV

No fue casualidad manchar de rojo el conejo de S. Tampoco se esperaba otra cosa. A Jorge le temblaba la mano. Sus latidos crecían en intensos y sus ojos llameaban. Esa aura maquiavélica, que en sueños había construido, se hacía realidad. S. lloraba, seguía siendo sólo un “símbolo de paz”.

1 comentario:

Tato dijo...

Etiqueta = Jorge

Explicacion?