II

Confesar desde cuando empezó este hábito me es pudoroso. En realidad, no lo sé. No hay un día que dije: “¡lo hago!”. En otras palabras, surgió. Fue algo espontáneo, lo dejé fluir. Y, poco a poco, fue creciendo.

Una amiga en común me decía que era un chico curioso. Ahora, que le dije de mi adicción, corrobora su hipótesis. Pero, no fue sólo por mí “espíritu” de “investigador”. Tratar, de nuevo, descubrir razones, encontrar el “por qué” me acerca a la ciencia científica. Acaricio un modelo de análisis que detesto y, que es tan usado en nuestros tiempos. Pero sí, obvio, preparo mí discurso para la pregunta que me harán.

1 comentario:

Anónimo dijo...

fer, leo tus textos yn no entiendo un carajo...
estaria bueno q puedas poner una aclaracion y expliques de q tratan!!
igual me causan cierta intriga q esta bueno