Diario del fracaso.

 De alguna manera, este ser en vórtice no hace otra cosa que volver a repetirse. Ahora voy a buscar la palabra que leí hace poco en un podcast de música. Creo que Ouroboros. No estoy seguro. La realidad es que no quiero googlear. Por lo menos, no ahora. El podcast es Quemar un patrullero. Pondría ese nombre en link pero me canse. Nunca terminas de clickear, de seguir, de profundizar, de expandir. Vengo abrumado y perdido. Mi newsletter que nunca empecé podría ser así. Una mirada hacia el fracaso de no aprender a vivir. O hacia buscar un hobby llegando a los 37. Porque si, No he llegado a nada. Y cada vez me siento más lejos de todo. Tan pero tan distanciado, que hasta tirarme del balcón no tiene sentido. 

Así que este es un ejercicio que me ayude a verbalizar el estado de inacción. Asumo que nadie leerá esto. Y sin embargo, aquí estoy. Ocupando un poco de memoria en la nube. Creo. A ciencia cierta, no comprendo dónde se aloja está porción de código. Retomando, este ejercicio puede que sea sólo una crónica de los diferentes hobbies que debo probar. Porque lo que me faltan son experiencias, planificadas o espontaneas. Lo más productivo es irse de viaje. Pero, mientras tanto, debo ocuparme de este abandono. 

Hoy escribí sobre las medias que estoy usando. Creo que va a ser la última vez que me las ponga. El elástico está desalasticado (?) y se me bajan. No sólo es una mala experiencia de usuario sino también un problema estético. Ya tengo varios de ese orden. Sobre todo con la falta de ropa cómoda. Mi fracaso puede mutar a mi abandono coporal y/o mental.  Es fácil tirar una prenda, pero no es tan fáciles hacer lo mismo con las ideas. Porque vuelven. Como este ser que cree que puede tener como hobby escribir. La idea se muerden la cola y giran sobre su propio eje formando un vórtice que cae. Te invito a caer, entonces. Ya sabes dónde encontrarme.