a la noche. Eran casi las once. Ya venía pensando en la idea de despegarme un poco de su uso. La verdad es que miro con frecuencia la pantalla. Pero pocas veces sucede algo urgente o de primera necesidad. Ya te he dicho que no tengo muchos amigos. Y los que tengo, no los cuido. Casi no hablo de mi. Es mi defecto. No abrirme. Sólo con J y con este blog, que de ahora en más lo nombrare como antro.
Y todo paso bastante tranqui. Tampoco no iba a caer ningún plan. El encierro nos robo la noche. La transformó en algo que todavía no sabemos bien qué es. Ya estamos en el momento en el que el viaje se hace largo, en donde ya se quiere llegar. Pero falta. Quisiera escribir con menos pero. Me es bastante dificil. Ojala me ayude esto a encontrar un estilo.
Hoy no subí nada a IG después de varios domingos subiendo algo. Me enganche con un texto sobre carceles. Un poco así estamos. Prisioneros. Yo me di cuenta que necesito más aire libre. Este balcón quedó chico. Deberia priorizar el espacio natural que lo muros. El concreto siempre es violencia porque irrumpe y rompe la armonía de lo dado. Y así estamos, en nuestros muros simbólicos. Me encuentró en el medio de una cebolla. Las capas son de cemento. Matería gris liquida que se solidifica con el tiempo que se hace plastilina.
Consumos influenciables.
Primero Uruguay
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