Encontre una uña

en el piso y me la guarde en el  bolsillo. Acostumbro a cortarme las uñas de los pies con la manos. Es poco higiénico. Pero el placer de sentir como se va saliendo, es inigualable. Reconozco que debo parar. Sin embargo, no pido ayuda. Ni tampoco busco otra manera de solucionarlo. Sólo me siento, enfrente de la pantalla y empiezo a arrancar. Hasta que no salga y sangra, no paro. 
Y, aquí estoy. Ya fui dos veces al dermatologo. De a poco, ordenandome para que mis usos no sean autodestructivos. O por lo menos, sean politicamente correcto. Morir los domingos con resaca y pastillas está socialmente aceptado. Mi muerte la camuflaria con ruido de radio. Así nadie podría oir mis lamentos. No quiero que me rescaten. Pensaria cuidadosamente que emisora sintonizar. Me pregunto realmente que será lo último que quiero escuchar. Mientras, me imagino navegando por Radiocut buscando algún episodio épico de mi mejor programa de radio. Que claramente no es Fan. Si me preguntaban hace un año, te diria que si. Pero cambió tanto su contenido. Antes se enfocaban por lo local. Ahora solo miran el afuera en clave consumo nostálgico.  Igual, nunca escuche un programa entero. Sólo consumo sus redes. Así que tengo que seguir pensando en otra emisora. 
Ayer limpie la cocina. Tengo que hacer lo mismo con el baño. Cuesta empezar.

No hay comentarios: