Ni ganas de hablar de la otra banda que cayo en el pozo oscuro. Ahora suenan en iu tube. Hay que completar el ciclo. Si no se los ve en vivo. Por lo menos, se los disfruta en algún viedoclip. O en los mini recital de dos temas que están de moda. Sea como sea. Están vivos. Hacen música. Y van lento. Muy lento.
Quería hablar un poco de mi sueño de ayer. Por eso deje rápido a Apartamento Acapulco. Hace ya varias horas, estaba yo durmiendo. Mi conciencia, o el otro lado de la conciencia, empezó a narrar una historia simple, trivial y rutinaria. Era una parada de colectivo y una fila que casi ocupaba toda la cuadara. Estaba fastidiado por semejante cola. Pero me puse atrás del último y espere. Mientras, la fila seguía armandose, sin ya poder distinguir su fin. No se cuánto espere. Tampoco era tan importante el transurso del tiempo. En un momento vino el bondi, la cola empezo a avanzar, lento pero constante. De repente, unos cuerpos atras mio, escucho decir que viene otro. Mi acto reflejo fue salirme de la fila. Para ver realmente si lo veia. Pero no vi nada. Y me dispuse a seguir en la linea de cuerpo cuando choque con uno de ellos. Era grande.Más de los normal. También era hombre, tenia gorra, una panza de acuerdo a su tamaño y una remera bordo. Me dijo qué no me colara. Que ese lugar que quería ya no era mío. Hubo un forcejeo. Mi cara, más de una vez choco cotra su pecho. Y mis codoas, se hundieron en su panza. Después de tironear, pude volver a la fila.
Lo que queda es terror psicológico. Porque me subi al colectivo y me di cuenta de que no tenía la sube. Para peor, tampoco la billetera. Empece a transpirar. Hace ya casi un año que habia perdido mi última billetera. No podía ser que me volviese a suceder. No me entraba en la cabeza. El colectivero me dejo pasar. Por lástima o por blanco. Me sente adelante, en uno de esos asientos que estan al reves. Mire a los pasajeros. Y ahí divise al hombre de gorra. Empece a imaginar que todo las secuencia de la fila había sido a próposito. Que entre los empujones, aprovecho. El arrebato silencioso es el mejor. Pero no pude descubrir si fue él. Nunca me anime a gritar. En ningún lado. Ni en mi conciente o inconciente.
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