La casa de los Hills no es la casa Usher. Ni por asomo. La primera se equivoca en el concepto. Son más sus habitantes, los sujetos. Podrían alegar que el famoso cuarto hizo que de la primer familia que vivió se transforme en lo que son ahora. Pero no alcanza. Estamos más cerca de resolver un misterio del pasado que dialogar con la casa en si. Usher es diferente. Tal vez me la imagine. Pero esa casa si que respiraba. Se enfermaba. Y moría. En todos los finales de la producciones de género aparece la muerte. Porque somos muy limitados. Pensamos a la muerte como el termino de un viaje. Y no como el comienzo del mismo.
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