Sistema binario.

No se desanimen, nos necesitan. Qué seria de ellos, sin nosotros, los hermosos perdedores, los frágiles melancólicos, los eternamente suicidas. Dónde estarían los triunfadores, los afortunados, los codiciosos. Acaso existirían sin nosotros. No tendrían a quién gozar. Porque mientras ellos disfrutan el placer de la victoria, nosotros sostenemos al mundo con nuestra inoperancia e inexistente voluntad. 
Y ellos creen que arrastramos los pies, que leemos libros de autoayuda, que comemos helado y que somos los culpables de que los trenes funcionen mal. Somos el blanco fácil, la sustitución por generalizaciones, los discriminados, los invisibles, los que pierden el juicio, los que van al arco, los últimos en la fila, la piedra en el zapato. 
Seguiremos con la mirada perdida, con el caminar encorvado y con el amargo paso de la inseguridad. Sabiendo que al finalizar la partida el rey y el peón van a terminar a la misma caja.


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