A veces tengo ganas de arrancar todas las páginas.

O por qué abandono todo lo que me gusta hacer y llena de aire puro mis pulmones. Ahora tengo ganas de que en mi pecho se abran todos los cajones. Ser una pintura de Dalí que está latiendo en tierra firme y redonda. No voy a tener más secretos que contar. Volverme transparente como el agua, liviano como el viento e impredecible como el fuego. Ser de aquì y ser de allà, donde se alojan los sueños. Ver con los ojos cerrados y abrirlos a la par. Que se deprendan los cajones, que se hagan cenizas, que se esfumen, que hagan su camino. En la ruta de mis secretos quedamos te encontraré caminando resplandeciente. Me tentaras del viaje. Tocarè tu pecho y abrirè los cajones. En elefantes con zancos viajaremos sobre dunas, montañas, llanuras y selvas. Somos el mejor sueño del pibe que regresa borracho y solo un sábado a la noche. Somos el lucero que ve una piba que acaban de romperle el corazón. Somos la puta eternidad riéndonos del moviento de las agujas del reloj.