Como una maldición, cada vez que suenen las doce, algo tengo que escribir. Es una regla básica como la de lavarse los dientes todas las noches, cosa que no hago, porque me gusta empezar a soñar con eso. Con mis dientes sucios, llenos de migas de galleta en sus huecos. Me duermo pensando en los bichos que se pueden llegar a generar. A veces,entro a un sueño con una imagen en la que soy viejo pero tengo una dentadura firme, blanca, majestuosa. Sea como sea, la costumbre de pensar en lo que no hice es muy de la persona que escribe. Y, como soy un animal de costumbres, un mecanismo atrapado por el tiempo, me gusta poder controlar la primera parte de mi sueño.
Hasta acá por hoy. La próxima vez que se junten en 1 con el 2 voy a volver a escribir. Será un buen momento para leer sobre las fases del sueño. Este ejercicio se puede leer pero no corregir. Se puede utilizar como disparador para no copiar. Este ejercicio es sólo para acordarme de que necesito irme a la literatura.
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