Si el 20 fue martes,

pasaron 3 martes sin que escriba. Hoy es lunes. Podría hacer trampa, y subir este post mañana. También, si quisiera, podría no subirlo nunca. Pero aquí estoy, con ganas de ser verborrágico en palabras. He tenido muchas ganas de volver a sentarme a entrelazar letras. Pero nunca tuve una verdadera pulsión, hasta hoy. Si, hoy. Afuera llueve pero esa no es el factor que desencadeno está fuerza. Tan sólo que J me mandó a dormir. Entonces, como soy un capricho, me pongo a hacer lo contrario.
Tenía muy buenas ideas para desarrollar, pero ahora se esfumaron. Nunca coordino ganas e ideas. Se ve que hay que buscarlo y no dejar que surga. Así nomás. Tal vez, no aparezca ninguna buena reflexión o pensamiento y tenga que terminar este texto demasiado rápido. Mejor aún es si sigo escribiendo hasta perderme en el inconsiente. Así volver a ser mi verdadero yo.
Cada vez que escucho el ruido del ascensor y pasos en el pasillo pienso que J llega. Deseo que vuelva. Mi capricho también es hacerlo a mi manera. Justo estoy al lado de la puerta de entrada. Se escuchan a los vecinos abrir y cerrar puertas. Pero, por ahora, ni rastros de J. Me imagino que está actualizando su cel. Espero que la este pasando bien.  Yo estoy como el clima. Pero por lo menos acá estoy. Es el conformimo. No se si te hable de él.
El confort hace del tiempo algo denso y pesado. Es como el aburrimiento. En algún momento. se vuelve insoportable. El primero es la repetición y la necesidad de querer más pero sin ningún esfuerzo por ello. Es a la inversa de la meritocracia. El segundo, es un estilo de vida. Un poco de cada tengo. J diría que mucho. Y eso que busco la descentralización. Pero lleva tiempo. Mucho tiempo. Porque estoy en el medio del confort y el aburrimiento. 
Te prometo que la próxima vez voy a poner un par de links para que sea más divertida la lectura.
09/09/2019




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